La historia del Jardín Botánico de Medellín comenzó hace más de un siglo, a finales del s. XIX cuando el terreno tenía una inclinación recreativa y era conocido como la casa de los baños del Edén. En ese entonces la ciudad tenía sólo 40.000 habitantes y este espacio era un especie de estadero, el cual era alquilado a las familias de la ciudad que llegaban allí para disfrutar de la gastronomía popular y los baños, “aguas puras y abundantes brotadas en las cercanas colinas de Campo Valdés". La creación de establecimientos que llamaron más la atención de los clientes y el alargamiento de la ruta del tranvía hasta Bermejal, provocó la decadencia del Edén.
Conmemorar los primeros cien años de la Independencia de Antioquia, llevó a las organizaciones civiles y estatales más destacadas a celebrar la fecha de una manera inolvidable. En ese momento el Presidente de la República era Carlos E. Restrepo y después de muchas discusiones y trámites se logra que el gobierno diera un auxilio de 15 mil pesos, los cuales serían invertidos en la creación de un nuevo bosque para la ciudad de Medellín. En busca de un terreno para la construcción del proyecto se estableció que el sitio adecuado era la finca El Edén.
A la edificación se sumaron otros lotes y fincas aledañas comprados o donados por particulares, hasta consolidar un extenso terreno donde se construyeron viveros, canchas de tenis, trencitos, juegos infantiles y un zoológico básico, que convirtió al lugar en un escenario de diferentes celebraciones, actividades y en un verdadero espacio público, donde la ciudad entera se encontraba y las familias sin importar la clase sociales compartían. De esta manera el lugar volvió a considerarse como epicentro de recreación en la ciudad. “El 11 de agosto de 1913 se crea el Bosque Centenario de la Independencia, que luego fue conocido como Bosque de la Independencia y, finalmente, sólo como El Bosque”.
“Durante cincuenta años el Bosque de la Independencia permitió el entretenimiento de los habitantes de Medellín. Llega entonces la decadencia, sumada al surgimiento de casas de citas en los alrededores, lo que conlleva a la crisis del lugar. Pero hasta entonces, sus 235.000 varas de extensión eran uno de los lugares más apreciados de la ciudad. Como dice uno de los relatos del momento, depositados en la biblioteca actual, puede asegurarse sin temor de errar que es el mejor paseo de la ciudad y en donde mejor se está, porque allí se cura el espíritu de preocupaciones y el organismo descansa de la asfixia a que vive sometido en el centro urbano, donde se sufre de la más lamentable pobreza de jardines públicos y paseos arborizados”.
Con la noticia que Medellín sería la sede de la VII Conferencia mundial de Orquideología, se toma la decisión de reformar profundamente el Bosque de la Independencia, se crea una fundación sin ánimo de lucro y nace el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe en honor al destacado científico Colombiano. “La nueva institución es inaugurada el 19 de abril de 1972… El evento marca un hito en la historia de la ciudad, pues Medellín giró en torno a las 62 delegaciones colombianas y extranjeras, representantes de 16 países, que se encontraron aquí para exhibir las más bellas orquídeas del mundo”.
“Así, con pie derecho, comenzó la historia del Jardín Botánico. La finalidad que se impuso la nueva institución fue el fomento y el desarrollo de las ciencias naturales, en particular de la botánica, por medio de la investigación y la conservación de la flora. Se propuso además crear condiciones para la educación ambiental y la exhibición de la flora colombiana, en un espacio que se constituyera en un atractivo turístico y ecológico importante de la ciudad, útil también para la realización de diferentes eventos culturales y educativos. En mayo de 1979 fue declarado Pabellón de Flora y pasó a formar parte del antiguo Sistema de Parques Nacionales, hoy Sistema Nacional Ambiental (SINA)”.
El Jardín Botánico fue declarado patrimonio cultural de la ciudad de Medellín en el año de 1985, reconocimiento que logró gracias al ser parte de la Red Internacional de Jardines para la Conservación, dentro de la Estrategia Mundial de los Jardines Botánicos.
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