★ Gabriel Bonilla desde hace 2 años trabaja en el Jardín Botánico desde los jueves hasta el domingo, y llego a este lugar no porque haya querido sino porque le toco y “uno quiere porque le toca” expresa de una manera muy jocosa, bueno y es que el estar aquí permite que haga parte de un grupo llamado Mimos Flan los cuales realizan una labor artística-cultural con la fundación latinoamericana de arte y paz que busca lograr una asociación del personaje con el lugar. Para él, el Jardín Botánico es su segundo hogar, viene de la ciudad de Bogotá, y después de pasar por varias ciudades y departamentos como Pasto, Boyacá, Santander, la costa colombiana y Cali, llegar a nuestra ciudad y encontrarse con la calidez, amabilidad y familiaridad de los paisas le permitió acceder de una manera más fácil a los visitantes que llegan al Jardín Botánico, asegura fielmente que en comparación con la visita de tanto extranjeros como europeos, americanos y orientales, la población paisa son los más generosos a la hora de retribuir su trabajo que es desinteresado y un poco extenuante. Estar a la entrada del Jardín Botánico lo convierte en un personaje reconocido y hace que la gente comience su recorrido por él con una sonrisa en su rostro. Gabriel piensa que después de varios años se siente parte del lugar y reconoce que dentro de los personajes que frecuentan el Jardín Botánico identifica que algunos lo hacen de manera repetitiva, algunos casi que ocho días, aunque también cuenta que sólo pasa esto los días viernes, sábados y domingos y afirma que los fines de semana el ambiente en el jardín Botánico cambia, ya que los turistas visitan el lugar en semana y los fines de semana los habitantes de la ciudad se empiezan a apropiar del espacio, aunque también reconoce que falta enterar a la comunidad, sobre el ingreso gratuito al lugar. Dentro de los cambios que él ha notado en el “Edén” como lo llama en algunas ocasiones, compartiéndonos un poco de esta historia del Edén puesto que ese fue uno de los nombres que tuvo el Jardín Botánico antes de ser conocido como ahora se conoce. A la pregunta del cambio en todos los aspectos, mencionaba que más que un cambio en el lugar, fue el cambio de la gente, habla de las nuevas caras que ha empezado a ver desde la reestructuración del espacio, el Jardín estaba recién inaugurando y su nueva imagen estaba apenas tomando fuerza, antes entraban muy poquitas personas, y al hablar de este tema recuerda que el ingreso los fines de semana es de una cantidad contrastable a la de cualquier otro día en semana y que en ocasiones los extranjeros se pierden entre la gente, debido a la cantidad de personas.
El jardín Botánico es un lugar muy místico y propicio para cambiar de ambiente, el estar rodeado de tanto ladrillo, cemento y polución en la ciudad hace que a veces te asfixies y necesites respirar aire puro, entrar en contacto con la naturaleza es una experiencia que toda persona debería darse la oportunidad de des estresarse y olvidarse de los problemas en un lugar que les permite explorar y conocer un poco de la naturaleza de una manera. Evidentemente Gabriel es un personaje incluido que necesita del Jardín para crear su territorio de identidad y el Jardín de él. Sin una plaza como el Jardín Botánico, tal vez para Gabriel hubiese más difícil adaptarse a una tierra desconocida con habitantes que no conocía ni imaginaba como iban a reaccionar frente a su trabajo, pero sorpresiva lo han aceptado, acogido y reconocido como un personaje más del Jardín. Al ingreso de las familias es indiscutible su aprobación con la labor que el “Payaso”, realiza, robarle una sonrisa a niños, jóvenes y grandes es su misión principal, y para lograr efectividad en su trabajo utiliza signos jocosos como la expresión con el codo de chichipato o la pronunciación de algunas frases con su voz aguda característica ( no supimos cómo era capaz de estar todo el día con el aparatico que distorsiona la voz, y que es muy conocida en diciembre cuando los vendedores pronuncian la palabra mamá).
★ Luis Alberto un violinista que interpreta su instrumento en el lugar que dentro de este espacio tan verde y aireado lo acoja, el perfectamente puede hacer sonar su violín en uno de los caminos del Jardín, y las partes más concurridas, aunque reconoce que los otro músico que también trabajan allí tienen su espacio y por respeto al gremio él se hace retiradito de ellos para que les vaya bien a ambos. Al referirse al Jardín Botánico habla de él con una propiedad que uno realmente se da cuenta que ama el lugar donde toca su violín para los visitantes y habitantes del jardín Botánico, nos comentaba con tanta pasión como emotividad “Que el Jardín Botánico se complace en servirle a su ciudad y poder mostrar que hay muchas cosas que hacer que sólo ir a rumbear, es poder entrar, conocer, disfrutar, respirar aire puro y aprovechar la integración que en este sector de la ciudad se da, como tener cerca el Parque Explora, el parque de los Deseos, y el Parque Norte, ofertas culturales que la comunidad también debe aprovechar . Piensa que una de las razones por las cuales la gente visite más el Jardín es porque hay una oferta natural como artística, algunos de los músicos que interpretan sus instrumentos en esta plaza es una de las razones por las que la gente no solo va a conocer sobre plantas, flores y fauna sino también por apoyar el arte, ya que el sustento suyo en la semana depende de lo que se haga los fines de semana. Una de sus ideas es mostrarse como músico y aprovechar el escenario del Orquideorama donde casi siempre se ubica cuando trabaja, sino también mostrarle a los turistas la propuesta musical colombiana, todas sus canciones son autóctonas de nuestro país. Dentro de su relato sobre su trabajo, nos cuenta que la población que más apoya su trabajo es la adulta, puesto que los jóvenes no poseen mucho poder adquisitivo ni les interesa mucho la música colombiana y él pasa desapercibido para ellos. AL hablar al horario de su trabajo con un todo medio nostálgico nos contaba que le gustaría se apropiara y aprovechara más un espacio que es gratis y de ser mayor la afluencia de la gente, se extendería el horario al público. Lo que hace falta en Medellín es más acogida.
Evidentemente Luis también es un personaje incluido, que le importa lo que pase al Jardín Botánico su sentido de pertenencia lo demuestra a través de sus palabras y sus hechos, lo siente tan suyo que su apropiación del lugar lo lleva a expresar por medio de la música lo que siente en su corazón y piensa en su cabeza del Jardín Botánico, él reconoce que necesita de este espacio Público de la ciudad y viceversa, además agrega que es la mejor plaza para trabajar, no te mojas, no te quemas por el sol, ni tienes un jefe encima o a la gente de espacio Público en el caso de trabajar en el centro y hasta tal vez la misma gente desvalorando y pasando por alto la presencia de él. Su convicción porque el Jardín Botánico es un espacio público que la comunidad debe aprovechar, lo lleva a estar hablando constantemente durante la entrevista sobre el ingreso gratuito y el aprovechamiento del espacio, él tuvo la oportunidad de viajar a Bogotá y visitar el Jardín Botánico de esta ciudad y nos compartía algunas diferencias, entre ellas el caso del pago al ingreso al Jardín y a los músicos que allí tocan y enfatizaba en el privilegio que tenemos de ingresar de manera gratuita porque “La alcaldía ya pago por nosotros”. El amor y pasión con los que interpreta su instrumento, además de la responsabilidad y disciplina características que como músico posee, hacen que tu mirada se detenga por un momento en ese lugar del Orquioderama donde normalmente habita los fines de semana; su figura y movimiento estilizados con su instrumento permite que disfrutes de algunos temas colombianos que suenan de una manera muy particular en violín.
★ Leo es una persona incluida que lleva 20 años habitando el jardín botánico como pintor y se ha habitado algunos espacios para explotar su talento al lado de los inmensos paisajes que tiene este lugar, permaneciendo horas continuas en este lugar más que en su propia casa, él lo considera como su segundo hogar y lo siente valioso sin importar el clima que esté viviendo. A leo le gusta ir los fines de semana para exponer sus obras ya que el lugar lo frecuentan más personas extranjeras y paisas. Para él ha sido un cambio muy notorio la renovación del jardín, por ejemplo la caída de los muros y lo que este acto represento para los habitantes de la ciudad, ya que tuvieron acceso de una manera indirecta a un lugar que por varios años había sido negado para ellos. Según leo las construcciones del Orquideorama, los salones y los restaurantes han generado un mayor interés en los que, para él, se considera nuevos visitantes del jardín botánico, aumentando significativamente la cifra de asistentes cada fin de semana, agrega que le ha parecido una transformación exclusiva y que poco a poco la gente lo visita con más frecuencia antes de que ocurriera la reformación por cuestiones de violencia e inseguridad que no permitían que el público fuera al jardín.
A Leo le apetecen todos los eventos que han programado las directivas del jardín. La misma naturaleza característica fundamental del lugar lo inspirado a crear los cuadros que pinta junto al lago, los restaurantes, los senderos y el laberinto lugar en el que está ubicado estacionariamente. cada una de la flores plantas y animales que hacen parte del ecosistema así como también el ambiente eufórico, que para él, se vive en el jardín, son su musa de inspiración a la hora de pintar un cuadro , las mini tarjetas y en general sus obras de arte ,que manera muy improvisadas y humilde exhibe. Con orgullo y emoción invita a que el público vaya a visitar primero al jardín botánico y tenga la oportunidad de encontrarse personas como él, el poeta, el guitarrista, el violinista y muchos otros personajes que necesitan del jardín para crear su territorio de identidad y por esta razón considerarse personajes incluidos. Para leo el jardín como escenario público le ha dado un sentido a su vida artística, cuando habla del lugar hay un brillo especial en los ojos y una pasión indiscutible que se refleja en su tono de voz al contar historia jamás contadas y desconocidas para gran parte de la población antioqueña. Algo que cuenta con emoción y énfasis es que la alcaldía ya paga por el acceso de las personas, así como otros personajes incluidos ya lo habían mencionado, analizando el sentido de la frase, la alcaldía paga por nosotros pero con los impuestos que nosotros les pagamos a ellos, siendo nosotros de una manera indirecta los encargados de pagar por nuestros acceso. Entonces la pregunta que se crea, es, ¿Si somos nosotros quienes pagamos, por qué no apropiarnos de un lugar que nos pertenece?, es uno de los interrogantes que Leo se cuestiona. Dentro de una cantidad de relatos contados a manera de anécdotas, hubo una que llamo la atención en especial. Una mañana muy temprano, antes de la re estructuración, Leo madrugo a su lugar de trabajo (El Jardín Botánico), y como de costumbre dio una vuelta en general al lugar y recorriendo varios de los lugares de éste en una esquina cerca de una edificación de cemento, se encontró un hombre en una posición algo extraña entre un matorral, decidió acercarse y verificar que pasaba con este sujeto, y al estar frente a esta persona asombrosamente se dio que era un cadáver que sostenía el veneno con el cual se suicidó en una mano y una carta en la otra que explicaba las razones de su fatídica decisión, a raíz de este suceso se vio enredado en un proceso judicial del que salió bien librado puesto que nada tenía que ver con la muerte de este hombre, él solo halló su cadáver.
★ Daniel (Copito) Sin duda es un personaje que es y se siente completamente incluido en el Jardín Botánico, lleva trabajando en él 20 años, con su carrito de raspados, en el cual es ayudado por su hijo; afirma que el ingreso por las ventas en los fines de semana es suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia. Copito nos cuenta que el Jardín Botánico es su casa, más que su casa, si él pudiera dormir ahí, lo haría y no se iría para ella, habla de el como un paraíso donde se respira aire puro, para él no tiene comparación, es simplemente único. Decidió trabajar en este lugar porque no le genera problemas y el ambiente es “relajado” y tranquilo. Lo quiere tanto, que le afecta que alguien maltrate alguna “mata”, que cojan algún pez, que golpeen una ardilla; es capaz de llamarle la atención a cualquiera ya sea grande o pequeño.
Dice que en los días que más gana dinero son los domingos, porque hay muchos más visitantes, éste sólo labora los fines de semana, días festivos o en fechas especiales, y añade que en época de Feria De Flores su negocio se vuelve más rentable, ya que aumenta la cantidad de personas que visitan el Jardín puesto que el Orquideorama se vuelve atractivo turístico que no se puede dejar de frecuentar.
Ni afuera ni adentro del jardín Botánico está permitido rayar o dibujar, tener alguna manifestación artística, primero por la infraestructura del lugar, donde predomina la vegetación y las zonas verdes, y las únicas edificaciones son el Orquideorama, los restaurantes, el edificio científico o el Mariposario. El sentido de pertenencia que se ha ido entre los visitantes hace que respeten y cuiden este espacio, como si realmente fuera de ellos. Sin embargo tenemos personajes como un payaso, un pintor, un violinista y un lector de poemas, donde la labor que desempeñan es conocida como manifestación artística, No hay letreros ni murales pero si muchos artistas.
El público joven del jardín botánico
(Observación participante) la juventud que se encuentra en el jardín botánico, es analizada desde un punto de vista sociocultural que entra en las políticas de la homogenización de la juventud se reconoce que los estilos de vida de los jóvenes presentan una clase social alta media y baja. Además estas personas cumplen con rango de edad de los 14 a los 26 años según las variables de las políticas del país, estos no muestran ninguna oposición cultural, puesto que sus comportamientos son aceptables dentro del sitio (después de la renovación).
Algunos puntos que observamos del jardín fueron:
Desde lo erótico: Al hacer el recorrido encontramos que algunos jóvenes especialmente las niñas de 15 años de edad toman el jardín botánico como escenografía para sus fotografías y llaman la atención con sus atuendos. Además en el diseño del Orquideorama se evidencian las curvas que hay en esta.
Juventud de consumo: los jóvenes que ingresan al jardín botánico les llama la atención algunos sitios privados como: la tienda del jardín donde se vende miscelánea; las cafeterías, ejemplo el café del bosque y el vagón.
Performativo: La forma de vestir y el cuerpo es otra manera de comunicar en los jóvenes tenemos como ejemplo a los boyscout, las quinceañeras, los músicos y bailarines de diferentes bandas de la ciudad que ensayan en este lugar.
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